La poesía, aparte de ser la expresión literaria de la belleza, de encerrar en sí todas las características de la creación como tal, está avalada por toda una serie de normas, leyes y teorías que he querido exponer en esta página; así como distintos ejemplos de cada una de ellas, con la idea, no sólo de que sirvan para mejor entendimiento de las mismas, sino para que la lectura sea un paseo literario, llenos de olas, de versos que refresquen nuestra memoria y nuestra alma, si es que existiere. Todo esto, acompañado por un paseo a través de la Historia de la Poesía Española: títulos y autores desde sus orígenes a nuestros días, que dieron, y darán siempre, el máximo valor a la palabra, al arte de la expresión escrita en versos.
La poesía: Es la expresión de la belleza por medio de las palabras, ya sea en prosa o en verso.
La prosa: Definimos como prosa la forma natural del lenguaje para expresarnos. Trasladada a la escritura, la reconocemos como todo texto escrito de la misma manera que hablamos, respetando todas las reglas y normas ortográficas existentes.
La métrica: Es la parte de la Gramática que estudia los elementos del verso, de su construcción y de sus combinaciones. Las unidades métricas son: la sílaba métrica, el grupo fónico, el verso, la estrofa y el poema.
La sílaba métrica y el grupo fónico: Son las unidades métricas menores, y en ellas se basan los ritmos de cantidad, intensidad y tono. Con ellas se constituyen el verso.
El verso: Es el conjunto de palabras sometidas a medidas, ritmo y rima. Si tenemos una visión elemental de él, lo reconoceríamos visualmente en la escritura por su disposición en la página; las líneas no está totalmente ocupadas por las palabras. Llamamos verso a cada línea escrita de un poema. Es la unidad métrica menor con independencia poética. Su descripción y clasificación se hace de acuerdo al número de sílabas métricas que lo componen, como primer criterio, y a la distribución acentual, como segundo criterio.
LOS PASOS LEJANOS
Mi padre duerme. Su semblante augusto
figura un apacible corazón;
está ahora tan dulce...
si hay algo en él de amargo, seré yo.
Hay soledad en el hogar; se reza;
y no hay noticias de los hijos hoy.
Mi padre se despierta, ausculta
la huida a Egipto, el restañante adiós.
Está ahora tan cerca;
si hay algo en él de lejos, seré yo.
Y mi madre pasea allá en los huertos,
saboreando un sabor ya sin sabor.
Está ahora tan suave,
tan ala, tan salida, tan amor.
Hay soledad en el hogar sin bulla,
sin noticias, sin verde, sin niñez.
Y si hay algo quebrado en esta tarde,
y que baja y que cruje,
son dos viejos caminos blancos, curvos.
Por ellos va mi corazón a pie.
figura un apacible corazón;
está ahora tan dulce...
si hay algo en él de amargo, seré yo.
Hay soledad en el hogar; se reza;
y no hay noticias de los hijos hoy.
Mi padre se despierta, ausculta
la huida a Egipto, el restañante adiós.
Está ahora tan cerca;
si hay algo en él de lejos, seré yo.
Y mi madre pasea allá en los huertos,
saboreando un sabor ya sin sabor.
Está ahora tan suave,
tan ala, tan salida, tan amor.
Hay soledad en el hogar sin bulla,
sin noticias, sin verde, sin niñez.
Y si hay algo quebrado en esta tarde,
y que baja y que cruje,
son dos viejos caminos blancos, curvos.
Por ellos va mi corazón a pie.

César Vallejo, 1918
Con el cariño de siempre...
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